Solo hay una cosa que tenéis que saber antes por si estáis metidos en una cueva y no lo habéis visto en las noticias o simplemente estáis leyendo esto dentro de mucho tiempo y el tema se ha olvidado (que se olvidará):
Noticia sobre el autobus de HazteOir.
Resumen de la noticia: Asociación "HazteOir" pasea por las calles un autobus con mensajes tránsfobicos dirigido a los niños.
La historia que voy a contar, no es verídica, sino un cuento basado en "algunos hechos reales" cuya moraleja repasaremos al final.
Comienza el cuento:
Eustolio es un señor de uno cincuenta y pico, de un pueblo de extremadura, pero que trabaja en Madrid conduciendo autobuses para fiestas, bodas, y eventos de todo tipo. Eustolio no es un señor precisamente muy moderno, y si le preguntas su opinión sobre la homosexualidad te diría algo así como "ah, yo que sé. Cada uno que haga lo que quiera, ¿no?. jajajaja" y se reiría un poco bravuconamente porque no le gusta meterse en polémicas de cosas que no entiende bien.
Un día Eustolio, que casi que tiene nombre de movimiento cardíaco, llega a su trabajo y le dicen "hoy tienes que conducir esto, Eustolio" y se encuentra con un autobus naranja pintado con el mensaje "los niños tienen pene. las niñas tienen vulva. Que no te engañen." el mensaje pasa por la mente de Eustolio y no acaba de ver lo malo que tiene el mensaje. Es un hombre simple, de ir a currar, y volverse con su familia, y futbol y bar, y poco más. Al ver el mensaje, la mente sencilla y currante de Eustolio no ve nada malo y piensa "eh... si ¿no?". Pero algo le escama, algo le da mala fibra, es... evidente, ¿no? quiero decir porque nadie va a poner un mensaje tan eviden... ¡ah! esto van a ser los tipos estos que "odian a los maricones" (en palabras de Eustolio) que ya se están metiendo con los chavales otra vez. Si es que los tienen cruzaos, vaya.
Eustolio que no quiere entrar en polémica, que viene de otra generación atrás donde estas cosas no se veían tan normales pero si que ya había nacido el "cada cual que haga lo que quiera", le dice a su jefe.
"Bueno, pero esto... a ver si se va a mosquear la gente, ¿no? jajajja" y se ríe bravuconamente como cuando, se pone nervioso, que básicamente es como la risa de antes, solo que acaba de forma brusca.
Y su jefe le responde "Po moma" (que en andaluz significa "pues te aguantas").
"Pero a ver... no ya en serio (antes también iba en serio pero camuflado) esto es un poco fuerte, ¿no? que me van a tirar piedras" vease como la gente de la generación de Eustolio usa la expresión "tirar piedras" cuando quiere decir "rechazo social". Vamos que cuando su sociedad rechazaba algo, le tiraba piedras. Esto no es que él sea un paleto de pueblo, esto es una parte de la herencia cultural de la España de hace poco.
"Eustolio no me lie má la cabesa ar favó, tu conduse autobuse, ¿no? pues ala, a juí (que en andaluz significa, "en marcha")
Y Eustolio se monta en el autobus, con reservas, sabiendo que eso no le va a gustar a la gente. Pero no puede negarse, porque se lo ha dicho su jefe. Y el jefe en la sociedad y generación de Eustolio, es el patrón, y se hace lo que diga el patrón. Porque si no te vas "a la puta calle" que significa quedarte sin el sustento para tu familia y además de forma deshonrosa (no en plan japones, pero a mitad de camino al menos). El jefe de Eustolio es un poco mamón, pero él de siempre ha visto que los jefes son así "porque sino nadie les respeta" (dejemos esto para otro cuento).
Pues como Eustolio no es precisamente un martir de sus ferreas ideologías, se mete en el autobus pensando "verá tu verá tu". Y sale, y conduce, y nota como la gente se le queda mirando y pone malas caras.
Y al principio Eustolio se siente mal por ir ofendiendo "a los pobres maricones que no le han hecho daño a nadie, y bastante tienen ya con lo suyo" (es un poquito bruto nuestro protagonista, no lo vamos a negar). Y la culpa lo atormenta, no mucho, porque "a ver, yo estoy trabajando, este es mi trabajo" y ese paradigma justifica todo.
El caso es que en un semáforo Eustolio le ha parecido escuchar un insulto "hijos de puta!!". Bueno, está conduciendo por Madrid, es normal "será uno de estos con un BMW, los de los BMW son unos cabrones" se dice a si mismo. Y continua conduciendo, luego en otro semáforo "BOOM!" algo ha golpeado el autobus. "So ka sio?!" se dice a si mismo. Efectivamente, le han tirado una piedra. "Niñatos!" piensa por un momento, luego recuerda el naraja del exterior y el mensaje homofobo (Eustolio no tiene ni idea de lo que es Transfobo, bueno ni homofobo, solo sabe que "vive y deja vivir"). El susto del golpe le ha hecho pasarlo mal, pero a ver "es que estoy trabajando" piensa "que le tiren piedras al cliente, que ha pagado el autobus".
Pero al cliente no le tiran piedras, le mandan tweets, que ya te digo yo que no duele como las piedras. Y menos cuando solo tienes que bloquear a la bióloga de turno para no verla jamás (va por ti, Miri).
Estando Eustolio escuchando los 40 en la radio, cuando de repente en las noticias ¡hablan de él!. "A Dios!" dice, no como despedida sino como sorpresa. Hablan de un autobus con un mensaje tránsfobo, que insulta a los transexuales y se pasea por Madrid. Varias asociaciones han protestado, han denunciado y han mandado a la policía a parar el bus. "Bueno" piensa Eustalio "si me para la policía pues me para la policía" como admitiendo que es la excusa perfecta para dejar lo del bus sin perder el trabajo cuando su jefe se entere. Pero la radio dice algo más "asociaciones en defensa del colectivo LGTB se están coordinando para en forma de protesta, detener el autobús". "A Dios, la virhen!" blasfema de nuevo Eustalio, porque eso para él significa "me linchan! me apalean! me afostian!".
Y oye, que el solo "está haciendo su trabajo" y que "ya se están pasando un poco los maricones, a ver si me van a pegar y tó".
La policía aparece, lo para y Eustolio no ofrece resistencia alguna, es más los recibe como agua de Mayo. Teme que lo puedan linchar. La gente se acumula en los alrededores "Es el bus de las noticias, ¿no lo has visto en twitter?" espetan algunos. Y comienzan a llegar los insultos, se diría que es contra el bus, pero la gente mira a ese que la policía escolta, Eustolio. Y alguno que otro a los policías por defenderlo. Y aunque Eustolio no alcanza apenas a oir, sabe que le están atacando y entonces ¡sucede!.
Nace en Eustolio algo que no había antes, algo que empieza minusculo pero se extiende más rápido que el cáncer: el odio. Porque le están atacando, y tu a los que te atacan no te "pones en su punto de vista a ver si tienen razón". A los que te atacan, los odias, porque te atacan.
"Putos maricones estos! que yo no he hecho na! que me dejéis carajo!." Y poquito a poquito tenemos a Eustolio en el otro lado, junto a los de HazteOir. Porque "los maricones ahí donde los ves, tienen una mala hostia! de pobresitos na!". Ahora Eustolio es transfobico y homofobo y si su hijo "le sale maricón, le doy dos hostias y lo arreglo". ¿Porqué? Porque Eustalio "no entendía de esas cosas" pero respetaba, respetaba hasta que le han faltado al respeto a él.
Moraleja:
Este cuento no va sobre la homosexualidad, ni la transexualidad, va sobre el odio. Me ha costado mucho llegar a conclusiones sencilla de un tema tan complejo, pero ahí va: "
el fuego no se apaga con fuego".
A veces, aun teniendo razón, la perdemos, por las formas.
Me explico, cuando veas odio, del visceral, del irracional (aunque se vista de argumentos de neandertal) piensa un momento. Qué quieres hacer con esa persona? Desahogarte? entonces insultale, no racionalices, no argumentes, si tu objetivo es desahogarte, insulta y golpea sin piedad. Pero con eso no harás un mundo mejor, y tampoco te sentirás mejor tu. Te llenarás de odio, te harás adicto a él, te volverás alguien más agresivo. Justo, justo, como ellos.
¿Entonces qué? ¿argumentar?, valora si estimas a esa persona, valora el esfuerzo de argumentar y debatir con alguien y sobre todo valora hasta donde. Porque para debatir con alguien, ese alguien tiene que estar dispuesto a cambiar de opinión. Si no, no debatas. Si lo haces (sin atacar, claro, desde el respeto), que sepas que ese esfuerzo es para hacer un mundo mejor.
Y hay tercera opción? claro! ignorar, ignorar es como el agua, refresca.
Un tío gritando barbaridades en mitad del parque cuando todo el mundo pasa de él, se acaba cansando y se va.
No se calmará porque razones con él, durante años.
No se callará porque le grites.
Vivimos en un mundo donde podemos oír a todos, pero sólo escuchamos a los que gritan más.
Creemos que el mundo es una mierda, porque solo escuchamos a los que gritan más.
Recuerda que no importa lo que hagas, no se van a callar.
Razona si lo ves conveniente, ignoralos si lo ves conveniente. Pero no los ataques, porque tu odio no les hace gritar más, y a ti, volverte uno de ellos.